Todo empezó en Japón. Ese fue el primer destino de su vida, el primer avión, el primer gran viaje. Hasta los 27 esperó Pau García Solbes, hasta su Luna de miel en 2006, para experimentar el veneno de los viajes. Y desde entonces no ha parado. Cinco años después conoce más de 20 países diferentes y no  hay año que no regrese a Asia junto a su pareja Vero y ahora con su hijo Teo de dos años. Hablamos con él en Piedra de Toque el martes pasado dentro de nuestra sección Viajes 2.0. Porque Pau es el responsable del blog ElPachinko.com y también colabora con Diario del Viajero y con Yokmok. “A la vuelta decidí abrir un blog de viajes y me ha cambiado la vida desde entonces”. Gracias a ese blog contactó con miles de seguidores, consiguió un trabajo nuevo y ahora recibe casi una invitación diaria para conocer destinos nuevos que después comente en su bitácora online.

El blog de viajes. “El blog me ha cambiado un poco mi vida: la forma de viajar, de moverme y de relacionarme con la gente. Nosotros somos viajeros tardíos. El primero fue con la Luna de Miel. Casi de resaca tomé el primer avión de mi vida que me llevó a Japón. Ahí nos pico el gusanillo de los viajes y en este tiempo hemos corrido bastante.

Viajar es adictivo y Japón es un destino que atrapa. Era la primera vez que volábamos, salíamos al extranjero. Estábamos como flotando todo el día. Nos faltaba el botijo y la txapela. Era un país tecnológicamente muy avanzado con otra cara muy espiritual. Conocíamos muy poco de este país. Necesitamos de un segundo viaje para conocerlo mejor.

Nuestra forma de viajar ha cambiado bastante. Vamos siempre ahora por nuestra cuenta, lo buscamos todo por Internet para hacerlo más económico y queremos contar con el máximo tiempo libre”.

La clave del éxito del blog. “Ahora hay muchos blogs. La gente te sigue por tu estilo, por tu contenido. Pero la clave es la constancia. Hay días malos en los que no tienes qué escribir y tiras la toalla. Desde que lo he abierto he buscado escribir un post diario entre semana”.

Viaje en familia. “El tener un hijo no quería que nos limitara para seguir viajando. Hemos descubierto en otros países, en la cultura anglosajona, que los viajes es algo clave para la formación de la gente. Cuando terminan el instituto toman un año sabático para viajar por el mundo y formarse como persona. En esta sociedad tan matriarcal y patriarcal cuesta mucho salir del nido. Nosotros no queríamos que nos sucediera eso: queremos que a nuestro hijo tenga el gusanillo de los viajes y que cure muchas tonterías viajando.

El peque a la espalda, ya empieza a pesar mucho, para la montaña es mejor que vaya viendo las cosas por detrás, protegiéndoles del sol. Por tener niños pequeños no se debe dejar de viajar. Hay que priorizar e intentar proporcionarle todas sus necesidades.

Asia hemos intentado volver  una vez al año. Las horas de avión y las esperas en aeropuerto hace que con el pequeño no hayamos viajado todavía. Hemos cambiado el cheap. El año pasado viajamos a Dinamarca, después a Islandia. Los países escandinavos están muy bien preparados para viajar en familia. En todos los países está todo preparado para viajar con el bebé. Siempre por nuestra cuenta”.

** Si quieres conocer la ruta perfecta por Japón escucha el podcast hasta el final.