“Si no hubiera tomado la decisión acertada, ahora no estaría aquí”. El himalayista Alex Txikon lleva una semana en casa pero su cabeza sigue en el campo base del Gasherbrum I (8.080 m) donde ha pasado los últimos tres meses con un único objetivo alcanzar la cima por una vía nueva en invierno. Como peaje ha sufrido congelaciones en los píes y la perdida de tres compañeros de expedición. “El día de cumbre tenía dudas sobre cómo me sentía. Si hubiera decidido atacar, hoy no estaría aquí”. Alex Txikon visitó ayer Piedra de Toque en las entrevistas viajaras que realizo los jueves junto a Xabier Lapitz y Kike Alonso. “No puedo dejar de pensar sobre lo que allí sucedió”.

«En invierno La vida por encima de los 7.000 m de altura es casi imposible. Hasta los 7.000 metros se puede trabajar. Por encima es muy complicado pasar dos días. Las noches son muy frías rozando los 50 grados bajo cero que al mezclarlo con el viento la sensación térmica alcanzar los 80 bajo cero».

El himalayismo es más que un deporte. La exigencia de los proyectos no sólo requieren una gran fortaleza física, sino también mental para aguantar temperaturas de menos 50 C y la toma de decisiones a los 7.000 metros de altitud en el que la vida no está asegurada.  La exposición continua a la muerte hacen de este deporte, una actividad muchas veces incomprensible. La aventura, la superación personal, el espíritu de equipo hacen que los pocos que se atreven no puedan dejarlo jamás. Entre ellos destaca una referencia mundial, el lemoarra Alex Txikon que no se conforma con escalar montañas de ocho mil metros en verano, sino que a él lo que le gusta es el frío extremo, la soledad y la dureza del inverno.

Hablamos con él para descubrir lo que le lleva a exponerse a estos riesgos y a vivir de un modo tan intenso su pasión por las montañas. También repasamos lo sucedido durante su última expedición en la que no sólo ha sufrido la muerte de tres compañeros. “Todavía hoy pienso mucho sobre todo aquellos. Me gustaría volver. Quiero que mi vida continúe ligada a estas grandes montañas”.

Y no dudamos en que Alex seguirá escalando y ascendiendo a estas montañas con la misma fuerza con la que habla de ellas. Esperemos que se recupere cuanto antes y siga viviendo estas aventuras con la misma prudencia de ahora.